¿Se debe deforestar 1 millón de hectáreas por año?

Teresa Flores Bedregal*

Luego de ser varias veces pospuesta la cumbre agropecuaria "Sembrando Bolivia" se realizará el 21 y 22 de abril en Santa Cruz. Esta cumbre es de gran importancia porque podría decidir el futuro de los bosques y dar luz verde a la más grande e intensa deforestación que se haya producido en el país.

En la anterior Cumbre, realizada en septiembre del año pasado, el gobierno y los agro-industriales de Santa Cruz, se pusieron de acuerdo en ampliar la frontera agrícola en 13 millones de hectáreas hasta el 2025. Lo que significaría más de un millón de hectáreas por año! De ocurrir esto se producirían daños desastrosas tanto para la biodiversidad como para la población de la región.


El gobierno que en las Naciones Unidas y, particularmente en las negociaciones sobre cambio climático, se distinguió por su discurso de defensa de la Madre Tierra, ahora nos quiere asegurar uno de los primeros puestos entre los países con más deforestación del mundo! Y esto precisamente en tiempos en que se ha llegado a un consenso mundial sobre la necesidad de evitar la deforestación como uno de los principales mecanismos para mitigar el Cambio Climático.

El mismo gobierno que en su Agenda Patriótica sostiene: "Bolivia defiende y fortalece en el ámbito internacional mecanismos para el desarrollo de sistemas productivos sustentable y de conservación de los bosques con enfoque que no están basados en los mercados sino en la gestión comunitarias de la poblaciones locales, de indígenas, campesinos y pequeños productores; criticando los esfuerzos de mercantilización de la naturales en el marco del sistema de las Naciones Unidas."(2014) Ahora adopta la más cruda política de mercantilización de los bosques buscando convertirlos en cultivos agroindustriales para la exportación.

Más aún, en esta misma Agenda se afirma: "Los bosques ya no son considerados como tierras ociosas para la agricultura, sino que son escenarios integrales de producción y transformación de alimentos, recursos de biodiversidad y medicinas" (p.8). Resulta difícil entender estas flagrantes contradicciones y que el mismo Vicepresidente les pida a los empresarios agroindustriales que presenten sus planes de deforestación. Hace más de 8 años que las políticas de desarrollo del gobierno contradicen su discurso, pero llegar a este extremo es francamente surrealista.

Adicionalmente, el Vicepresidente ha ofrecido a los agroindustriales modificar todas las normas que impiden la conversión de bosques en tierras de cultivo. De hecho ya se han abrogado varias disposiciones legales que penalizaban los desmontes no autorizados y la conversión de bosques en tierras en áreas no aptas para esta actividad. Pero se han olvidado que en la Constitución existe una amplia normativa que protege los bosques, así como en la Ley de la Madre Tierra.

El mismo ex director nacional de la Autoridad de Fiscalización y Control de Bosques y Tierras de Bolivia, Cliver Rocha, "aseguró que en el país se agotó la frontera agrícola y no es posible continuar realizando el cambio de uso de suelo en áreas netamente forestales en agrícolas." (Erbol, 09/23/2010)
Sobre el tema la Asociación de Productores de Oleaginosas (Anapo) afirmó: "Si bien consideramos importante el planteamiento del Gobierno Nacional hacia el sector agroproductivo, principalmente de Santa Cruz, pero juzgamos conveniente establecer claramente que cualquier iniciativa orientada a ampliar la frontera agrícola, debe primeramente solucionar los principales problemas estructurales que tiene nuestro sector y que están referidos a la seguridad jurídica para las tierras productivas, a la seguridad de acceso a los mercados externos, al acceso al uso de la biotecnología moderna y al mejoramiento de la infraestructura productiva y de logística." (ANAPO Noticias 17/10/2014)

Consultado sobre el tema, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, sostuvo que: "La propuesta del Gobierno de ampliar la frontera agrícola en un millón de hectáreas implica 100.000 millones de litros de diésel y muchísima maquinaria, pero estamos dispuestos a ser parte de ese desafío y si tenemos seguridad jurídica, biotecnología, exportación e infraestructura lo vamos a hacer. En la propuesta sectorial con miras a la cumbre hemos planeado un desarrollo a siete años y en este periodo podemos llegar al millón de hectáreas con un crecimiento paulatino... Tenemos casi tres millones de hectáreas en Santa Cruz gestadas en más de 50 años, pero con la tecnología actual en maquinaria y los procedimientos vigentes de desmonte es viable el proyecto... Lo que necesitamos son reglas claras y seguridad en cuanto a que la producción que se genere en la superficie desmontada se destinará a la exportación. Se debe garantizar la infraestructura para la logística de la exportación, es decir, carreteras, puertos, líneas ferroviarias y un centro de carga aeronáutico. (El Deber, entrevista, 3/2015).

De las opiniones de los productores se desprende que el problema de la productividad agropecuaria no radica en la falta de tierras para cultivos, sino en el avasallamiento de predios, la inseguridad jurídica, la falta de infraestructura y las limitaciones que el gobierno impuso a las exportaciones. Cabe señalar que se podría producir mucho más intensificando el uso de la tierra en las zonas ya deforestados.

Mientras que, de hacerse realidad estos planes de ampliación de la frontera agrícola, se daría fin con buena parte de los bosques de Santa Cruz, su rica biodiversidad y llevarían al colapso ecológico de ese departamento haciéndolo mucho más vulnerable a los impactos del cambio climático que han venido afectando particularmente a las zonas más deforestadas. Zonas en las que en la época de lluvias se han producido inundaciones que han dejado anegadas importantes extensiones de cultivos con las consecuentes pérdidas. Al mismo tiempo que en la época seca se han producido persistentes sequías que, en parte, se deben a la deforestación porque los bosques retienen el agua y la humedad.
Además, en Santa Cruz existen importantes extensiones de tierras que eran bosques pero como resultado del mal uso de suelos se han convertido en eriales. Tierras que ya no sirven para la agricultura ni para la ganadería. Más aún, una extensión importante de los suelos de Santa Cruz son arenosos y una vez denudados de vegetación, la arena tiene a expandirse y con los vientos se producen tormentas de arena, lo que está llevando a la desertización de algunas zonas.

Desde los años ochenta los ambientalistas, ingenieros forestales, y agrónomos llevamos grandes luchas para que la tierra se use de acuerdo a su vocación productiva y que no se realice la conversión de bosques a cultivos en suelos no aptos para esta actividad. Con este fin se elaboraron Planes de Uso del Suelo que, a pesar de continúan en vigencia, no se los toma en cuenta. Asimismo, se aprobaron importantes leyes como la Ley Forestal y una serie de normas para la buena gestión de los bosques. Lamentablemente, desconociendo la racionalidad ecológica de esta normativa, el gobierno la ha venido aboliendo y favoreciendo la deforestación no sólo con fines agroindustriales, sino también para una colonización desordenada y para plantar coca.

Es menester tomar en cuenta que Bolivia es un país de vocación forestal y que los bosques cumplen múltiples funciones ambientales y económicas que tienen en enorme valor para la sobrevivencia de la población y el futuro del país. Los bosques además de ser el hogar de muchos animales y plantas, pueden producir una gran variedad de maderas, materiales de construcción, leña que sigue siendo el combustible más utilizado en muchas áreas rurales. Además de productos no maderables como las frutas, plantas medicinales, nueces, resinas, entre otros muchos. Asimismo, son fuente de ingresos por el turismo y constituyen áreas de recreación. Entre sus funciones ambientales están la regulación del clima y del régimen hídrico, son reservorios de agua, producen lluvias, limitan la escorrentía y las inundaciones, los deslizamientos y desbordes de los ríos.

Por estos motivos, es necesario lograr una presión pública que impida que la deforestación anunciada se llegue a consumar.
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* Master en política ambiental, Abril 17 2014

1 comentario:

  1. Qué proponen hacer? Marchas, protestas, firmas, acasso no tenemos voz ni voto, contra ésta arbitrariedad?
    Estoy en Brasil, y aquí los ciudadanos han decidido de manera privada comprar tierras para dejarlas intactas, no para criar o sembrar o producir nada, si no para protegerlas, no podemos hacer eso? No podemos seguir dependiendo de los gobiernos, ellos van a acabar con toda nuestra vida, y somos nosotros los que debemos tomar las riendas del asunto, eso creo yo.

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