No es posible construir el Vivir Bien subordinando
la salud de la población y de la Madre Tierra a la generación de ingreso, sea
cual sea su origen.
Debemos dejar la pasividad, si queremos un futuro feliz
para nuestros hijos y nietos.
Y aunque la polémica sobre la inocuidad o
peligrosidad del glifosato todavía está sobre la mesa, cabe preguntarnos ¿vale
la pena correr el riesgo?