Con el lema: “estamos hartos de la industria agraria, queremos una agricultura campesina, ecológica, regional y con una justa comercialización” 18.000 manifestantes dijeron basta al monopolio Monsanto –Bayer el 21 de Enero en Berlín. La participación especial fue de 130 campesinos de todos los puntos del país acompañados de sus tractores que colmaron con alegría las calles berlinesas.
Más de 100 organizaciones de pequeños campesinos, protectores de animales y ambientalistas/ecologistas que apoyaron esta marcha concretizaron su lucha en un pacto de nueve puntos, el cual fue entregado al ministerio de agricultura Schmidt exigiendo su aplicación. Este fue duramente criticado por favorecer a los grandes monopolios, los cuales utilizan pesticidas y antibióticos dañinos para la salud y el medio ambiente. La muchedumbre al cántico de "Schmidt todavía estás durmiendo, haz tu trabajo” derritió el frío de la tarde berlinesa.
Han reprochado asimismo la política nacional que ocasionó la quiebra de más de 100.000 campesinos en los últimos diez años. Los grandes monopolios como Monsanto-Bayer son cada vez más fuertes y son una amenaza para toda la humanidad. El 60% del comercio de semillas pertenece a tres grandes Corporaciones que envenenan nuestra comida, manipulan genéticamente las semillas produciendo una segunda generación de semillas estériles (transgénicas), que ocasionan una dependencia y esclavitud perversa con las multinacionales. Estas empresas deciden de manera arbitraria que comemos.
Con un poder sin límites, su objetivo es acabar con variedades de semillas locales y antiguas y una forma de cultivo milenaria de comunidades aborígenes. El herbicida/pesticida glifosato llamado Roundup es producido por Monsanto y usado en millones de toneladas en la agricultura mundial y también por jardineros aficionados. Los efectos dañinos de este producto son siempre desmentidos por esta corporación. Cuando se evidencia con pruebas contundentes lo letal que es para la salud y el medio ambiente, los abogados de Monsanto optan por el silencio. Estudios o investigaciones realizadas por universidades u ONG son desacreditadas o calladas de forma inmediata. La organización mundial de la salud (WHO) comprobó que el Glifosato es cancerígeno.
Este ya fue patentado en 1971 y genera más de 2.000.000.000 de dólares de ganancia por año. Este tóxico además contiene otros venenos como el formaldehído que su combinación causa un coctel letal aún más nocivo. Monsanto ya tiene un gran "prontuario" de perjuicios contra la vida con armas químicas como por ejemplo la fabricación de bombas de fósforo utilizadas por el gobierno de Israel contra civiles palestinenses, o el "agente naranja" en la guerra de Vietnam.
“Necesitamos más pequeños campesinos y jóvenes”, “juntos somos más fuertes” fue el resumen conjunto al cierre de la marcha.
Los nueve puntos exigidos: Sustitución de una industria agraria por pequeñas granjas.
Paralización de las subvenciones nacionales a la industria agraria y las mega fusiones en ese sector. Inversión nacional de 500.000.000 de Euros para una agricultura ecológica y regional. Incentivo para la cría de ganado acorde con la especie y ecológica (biológica).
Variedad de granjas: Pequeños y medianos campesinos
Con un plazo hasta 2020 lograr mínimamente que el 50% del total de la agricultura sea hecha por campesinos ecológicos y regionales.
Reemplazo del maltrato de animales y contaminación ambiental por comida saludable
Cría de animales acorde con la especie y de forma biológica. Empleo de la ley de protección de animales para conseguir/
obtener comida saludable.
Con el plazo de hasta 2020 reducir con un mínimo del 50% el uso de antibióticos, el abuso debe ser inmediatamente prohibido. Proteger el agua y el clima: Parar las fertilizaciones excesivas. Límite para el número de reses. Frenar el excesivo consumo de carne.
Mantener/obtener la diversidad de especies. Frenar/apaciguar la muerte de abejas. Reducir el empleo de pesticidas. No a la ingeniería genética!
No al monopolio, si a la democracia
Evitar el dominio de las multinacionales. No firmar Tratados internacionales como el CETA, TIPP, EPAS. No permitir ninguna fusión en el sector alimenticio. Obligación de etiquetar en los productos alimenticios su origen, el contenido, el tipo de cebo para ganado utilizado.
Para una mayor justicia social mundial: Disminuir la exportación agraria. Fortalecer la producción mundial campesina de pequeños mercados regionales. Crear políticas de desarrollo ecológico conjuntas.
Comercialización con precios justos: frenar dejar el sobrante de la producción a las manos del mercado regulador.
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